El pasado sábado tuve la oportunidad de apreciar, en el Teatro de Bellas Artes, Sacra conversación, del dramaturgo Rubén E. Nájera. Obra que se estrenó el 9 de febrero de 1995 en las ruinas del Convento de Santa Clara, en la Antigua Guatemala, también bajo la dirección de Joam Solo, actual director de la Compañía Nacional de Teatro.
La acción dramática se desarrolla en la Ciudad de Santiago de Guatemala en 1625. Y el tema central es la persecución obtusa del comisario del Santo Oficio a la prelada de novicias del Convento de la Concepción, sor Juana de Maldonado. Texto que pone en relieve el odio del inquisidor y el anhelo de libertad de albedrío de la célebre monja.
La fotografía ilustra un momento álgido de Sacra Conversación.
Aunque involucra personajes históricos, hay que tomar en cuenta que el trabajo es una ficción. El mayor valor del texto radica en la riqueza de la palabra y la forma como su trama desvela problemas que pueden apreciarse por poseer actualidad. De allí que la interpretación del director haya redundado en una presentación ágil y bien plantada.
Como suele ser con Joam Solo, la armonía espacial (es también arquitecto), el manejo de símbolos y la sumatoria de signos son impecables. Entre sus creativos destacan Paulo Alvarado, Josué Soto Mayor, Henry de Paz y Deryc Papadópolo a cargo de algunos de los elementos complementarios. A ellos se adiciona el esfuerzo de la productora Zucely Morales.
Aunado a la visión escénica, destaca el ejercicio actoral encabezado por Luis Escobedo, Francisco Hurtado y Lucy Guwerra. Tres artistas cuya brillante actuación nos llevan de la mano, de modo vertiginoso, por la intrincada trama. Su rango artístico abraza la historia llevándola a una límpida ejecución. Los acompañan Steve Sandoval y Carlos Diaz.
Obra de primer orden.
Cinco actores cuya misión es navegar en las profundidades literarias de Nájera, resolver la composición expresiva solicitada por Solo y manejar, desde su experiencia, una obra muy particular por sus ricos contenidos. Por cierto, por este libreto, el creador recibió el Premio de la Municipalidad de Guatemala a la Excelencia Teatral en la Categoría de Autor en 1995.
Es importante señalar que esta propuesta busca visibilizar el trabajo de la Compañía Nacional de Teatro María Teresa Martínez. Grupo que surge de la necesidad de acuerpar, seriamente, una disciplina que en algunos casos pareciera estar a la deriva. La seriedad y el compromiso es un buen augurio. Mismo que no solo sale al rescate de los serio sino que también pondera una dramaturgia local de primer orden.
El Teatro de Bellas Artes, construido en 1948, reabre sus puertas con un techo nuevo y un proceso de conservación que le reintegra el brillo perdido por el paso del tiempo. La intervención del Ministerio de Cultura y Deportes (junto a las dependencias correspondientes) se suma a los trabajos que dicha cartera ha realizado en los museos de la zona 13 y la Antigua Guatemala.
Σχόλια