Otro artista de la Generación del 40 del que poco se habla en el presente es de Juan Antonio Franco. La dificultad de localizar material escrito sobre su legado ha hecho que su biografía sea tratada de paso en los compendios contemporáneos en circulación. Franco, como le decían sus contemporáneos, empezó a dibujar desde niño.
Pasó buena parte de su infancia en una finca de Colomba Costa Cuca. Él recordaba, poco antes de morir, que salía a captar con lápiz y papel todo aquello que lo rodeaba. Copiaba todo desde flores, plantas, animales, personas. De allí que mucho de su imaginario gire en torno a los campesinos y su dinámica social.
Amalia Fumagalli le obsequió sus primeras pinturas y papel de dibujo. Más adelante sería su maestra de acuarela. En 1936, en un momento muy oportuno, ingresó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (en aquel entonces Academia de Bellas Artes). Allí no solo coincidió con muy buenos mentores, también pasó a ser parte de una promoción de los artistas que definieron la modernidad nacional.
Llegó a la ENAP y a La Esmeralda en el momento propicio.
En 1942, ya en México, se inscribió en La Esmeralda, en donde fungían como docentes María Izquierdo, Alfredo Zalce y Frida Kahlo, entre otros tantos. Otra vez había llegado en un momento propicio, ya que no pasaría mucho tiempo para que asistiera, en oficios meramente técnicos, a Diego Rivera.
En 1948, deja a Rivera para trasladarse, como “maestro de pintura mural”, a San Miguel Allende. Allí ejecutó un mural al fresco en el convento de la Concepción. Un poco más adelante, regresó al DF para trabajar como asistente de José Clemente Orozco, a quien ya había conocido en 1944. En este caso, ejecutando los murales de la Escuela Normal de Maestros a partir de bocetos.
En 1949 retorna a Guatemala. Se alista en Sakerti y pasó a dictar diferentes cursos en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. En 1950 gana una beca para la Academia de Bellas Artes de Florencia, Milán (Italia) y París, en donde, entre otras materias, estudió restauración. Hacia 1954, regresa a México para trabajar en la restauración de varios murales de Rivera y de Orozco.
A partir de 1968, fue maestro titular en la Escuela de Artes Plásticas, en donde laboraría hasta 1978. También sería restaurador del Instituto de Antropología e Historia. Además, fue maestro en la Universidad Popular.
No hay mucha obra mural de Franco en Guatemala. Existen dos frescos, de grandes dimensiones, en la Escuela Tipo Federación de Mixco; otro, en una casa particular; Víctimas de la violencia, y un mural en mosaico estilo Ravena, en el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (cubierto por un muro). Existen varias obras en grabado, dibujo y pintura en distintas colecciones nacionales y particulares.
Por: Guillermo Monsanto
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