A partir del 1 de octubre se reabrieron cines, bares, conciertos, parques, piscinas, teatros, entre otros. Estos, sin embargo, deben cumplir con restricciones ya que la reapertura se dio en alerta roja. Esta paradoja de acción lleva a que el aforo permita diez metros cuadrados por persona, que la venta de boletos sea en línea, que no se permitan más de diez personas en la sala, que no hayan filas en taquilla y que se creen áreas específicas para personas de alto riesgo (a parte de las medidas que incluyen el tapete con alcohol seco, el “moco de gorila” -que te dan como alcohol en gel- o la toma de temperatura en cualquier área del cuerpo menos en la frente).
¿Esto permite que regresen las compañías teatrales a escena? Tomando en cuenta que, grosso modo, la producción de una obra modesta sale entre diez mil y quince mil quetzales (sin contar las aspiraciones de sueldo de los artistas), montos que deben recuperarse y producir ganancias en cinco fines de semana, a una función por día; cuyo precio por entrada está entre sesenta y ciento veinte quetzales. Considerando que las entradas de ciento veinte se toman como pérdida, ya que muy pocas personas están dispuestas a pagar “tanto” por una obra de teatro a pesar de que una salida al cine puede costar mucho más que esto.
Por lo anotado, siendo optimistas, con las “nuevas medidas” el retorno por montaje de quince funciones, a sesenta quetzales (en caso de tener llenos completos de diez personas) sería de nueve mil quetzales, aproximadamente. Estos números ¿posibilitan el regreso al teatro o solo es una falacia? Más claro aún ¿aunque las obras se representaran por “amor al arte” y no se les pagara a los actores? seguiría sin cubrirse lo necesario para rentar el teatro, escenografía, vestuario, peinado, maquillaje y todo lo que conlleva el universo de una puesta en escena ¿esto es justo para los artistas escénicos? ¿Acaso ellos no tienen que pagar techo, comida, luz y agua?
Por ello, el presentar una obra en estos tiempos no es rentable, por no decir imposible. Si el teatro antes de la pandemia ya se encontraba en una situación precaria, tanto por la falta de apoyo poblacional –evidenciado en la resistencia a pagar por ver las obras– como de soporte estructural –por parte de las instituciones gubernamentales que enfriaron con su indiferencia el hecho escénico–; ahora el teatro se encuentra amenazado de ser aniquilado.
Considero, con base en lo expresado, que vale la pena apoyar las obras que se están dando por Zoom u otras plataformas digitales. Estas no solo permiten que toda la familia vea la puesta en escena, sino que también es una forma más ética de consumir teatro mientras la tormenta pasa. De este modo se sabe que las personas serán mejor pagadas de lo que anhelarían en un teatro físico, con un aforo de diez personas por función, sumándole al oprobio el riesgo de infección.
Texto e ilustración: Gabriel Fuentes
Edición: Guillermo Monsanto
Literatura
Monsanto, G. (2020). Sobre el teatro. (G. F. Asencio, Entrevistador)
González, A. (2020). Cinco medidas que deben cumplir teatros y cines para evitar el covid-19. Obtenido de República: https://republica.gt/2020/10/04/cinco-medidas-que-deben-cumplir-teatros-y-cines-para-evitar-el-covid-19/
Román, J. (2020). Guatemala modifica sistema de alertas y permite actividades como cines, teatros, entre otras, con ciertas consideraciones. Obtenido de Prensa Libre: https://www.prensalibre.com/guatemala/comunitario/guatemala-modifica-sistema-de-alertas-y-permite-actividades-como-cines-teatros-entre-otras-con-ciertas-consideraciones-coronavirus-breaking/
Guatemala habilita apertura de cines, gimnasios, parques públicos y bares. (2020). Obtenido de El Economista: https://www.eleconomista.net/actualidad/Covid-19-Guatemala-modifica-sistema-de-alertas-y-permite-actividades-como-cines-teatros-entre-otras-20200929-0006.html
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