MUÑA, Obra reciente.
Si se ha de pensar en una obra cuya esencia surja del refinamiento de las formas necesariamente habrá que pensar en la labor de esta autora. Precisa, tanto en el apunte de sus imaginarias siluetas como en la aplicación del color, la artista matiza figuraciones dinámicas cuyas armonías parecieran surgir de una primera intención musical. Ello por la precisión con la que ejecuta.
Su pintura toma definitivamente como base el dibujo. Con éste acentúa ideas y sugiere formas que bien pueden pertenecer a un evolucionado Art Decó. No pretenden decir o agredir. Sus entramados orgánicos entablan diálogos en referencia al agrado que sus signos iconográficos puedan producir. Hay algo de orgánico en ellas y con eso una esencia femenina que se acentúa en el conjunto total que podría redundar, incluso, en una tridimensionalidad. Joyas pictóricas definidas por la delicadeza del oficio y un acertado manejo de gradaciones que, finalmente, sirven como herramientas para denotar el gozo que cada obra le produce.
Esta obra reciente afronta su propia realidad sin necesidad de manifiestos. Como arte habla desde su propia realidad creativa. Encuentra su propio lugar desde el resultado del proceso formativo. Es un trabajo maduro y por ende consecuente, tanto técnica como estilísticamente, con las luces de su autora y su capacidad de manifestar sus ideas. He allí el valor de esta pinacoteca: es lo que es y nada más.