El agua es uno de los elementos de la naturaleza que ha inspirado a los artistas desde la historia universal del hombre. Sus características envuelven y se convierten en el modelo ideal en el que el autor se basa. Siempre ha parecido como un espejo que muestra aquellos matices que no vemos y que a su vez, nos muestra en la sutileza de su reposo o el vigor de su movimiento, en el que nos vemos reflejados, envueltos en ella. Los pintores del impresionismo se vieron atrapados en ella, al descubrir sus efectos de la luz sobre su propia superficie y el cúmulo de sensaciones lumínicas y coloridas que bañaban la naturaleza en la que el agua surge.
La artista Patricia Betancourt nos muestra pues, una visión intimista del agua que nos invita a observar con detalle, esas sensaciones abstractas que surgen en el movimiento del color. Sus piezas en individual muestran un trazo fluido y abstracto, suelto y sin restricciones, y nos sumerge en la serenidad y simplicidad que posee la naturaleza.
Abierta al público en el Salón del Coleccionista del 4 al 28 de junio.