La pintura emergente guatemalteca del siglo XXI encuentra a seis fuertes exponentes en Camilo Almaraz, Ángel Contreras, Francisco Gálvez, Kevin Mérida, David Ramírez y Fredy Sandoval. Media docena de creadores que, en los albores de sus carreras, proponen desde una figuración potente que les va definiendo como parte de una generación interesada en el dibujo y la pintura como medio de expresión.
Esta colectiva está marcada por una serie de acertados encuentros. Mismos que redundan en iconografías relativas a un realismo mágico revalorizado desde una serie de sutilezas en la utilización de trasparencias y colores domeñados. Estas figuraciones, fortalecidas por la visión de cada autor, provocan ser vistas por su propia naturaleza metafórica. Es así como personajes zoomórficos adquieren personalidad y asumen un rol para quien las aprecie. Lo mismo sucede con las antropomórficas cuyo papel gira torno a la eterna disquisición sobre lo que pueda ser bello o siniestro.
Este grupo de creadores propone desde su perspectiva de purificación ritual. Pintar es un proceso metódico que lleva a una reformación, reformulación y que aterriza siempre en disquisiciones críticas. Es por ello que la galería El Attico recomienda especialmente la muestra.