Siendo la escultura una manifestación artística que nos sugiere la apreciación del volumen, las dimensiones, los espacios llenos y vacíos, la textura y otros elementos, podemos decir que la naturaleza misma nos envuelve en espacios de apreciación similar.
Si nos detenemos a la contemplación consciente de cómo nos encontramos rodeados de elementos similares, podemos apreciar las riquezas estéticas que yacen en la naturaleza.
Las piedras, elementos simples a la vista común, son también parte de la naturaleza. En su silencio, guardan un dialogo visual que ofrece colores y texturas que sugieren incluso, una personalidad propia. Cada grieta, cada matiz, cada textura nos habla de su pertenencia a la naturaleza, cambiante, quieta pero constante, que espera a ser descubierta por cada uno de nosotros, si nos detenemos a ver.
Rolando Madrid se presenta con su serie escultórica, basada en estos elementos naturales exhibidos de forma cuidadosa en el Salón del Coleccionista.