El grabado es un proceso ancestral que inicia prácticamente en la prehistoria. El hombre primitivo comenzó hendiendo la roca como primera manifestación relativa a esta expresión. Más adelante, todas las culturas desarrolladas crearon un sistema de estampado el cual le dio otro valor a este arte. El oriente lejano refino los lenguajes, que probablemente, pasaron a occidente por la ruta de seda. En un tiempo indeterminado, antes de que surgiera de la imprenta, a mediados del siglo XV, la xilografía era un modo artesanal de confeccionar y crear imágenes en serie.
Agua dulce amarra una tradición con el presente. Los grabados de Fabiola Aguirre, poseen el encanto de una estética relajada cuyo último fin es la belleza. Sus pretexto, peses de agua dulce son un mero ejercicio técnico con el que la autora dialoga. Hay una afiliación emotiva que nos lleva a la memoria de nuestros peces en bolas de cristal, mirándonos desde su mundo protegido. Su mano, el temple con el que surca la madre queda definida sobre exóticos papeles. Es arte, no registro, porque esa es su intención.